El notario es un profesional del Derecho, investido de fe pública por el Estado, que brinda seguridad y certeza jurídica en los actos y hechos que pasan ante su fe, manteniendo siempre un alto nivel de profesionalismo, una total independencia y plena autonomía de las personas que acuden ante él, lo cual le permite ser siempre imparcial y objetivo en los actos y hechos que presencia, que deben estar ajustados a la normatividad jurídica, cumpliendo con los requisitos que la ley establece.
El notario al ejercer su función, tiene a su cargo el recibir, interpretar, redactar y dar forma legal a la voluntad de los comparecientes, así como plasmar ésta en un instrumento público y auténtico, redactado bajo su responsabilidad, que tiene plena validez legal.
El notario conserva y reproduce el instrumento, brindando así seguridad, certeza y tranquilidad a la sociedad e individuos a los que proporciona sus servicios, cumpliendo con ello, una función social de interés general. También auxilia a las autoridades locales y federales en el cálculo y cobro de impuestos y derechos; y vigila que se cumpla con el procedimiento registral necesario para que se publiciten los actos que ante él se otorgan.
El notario al ejercer su función, tiene a su cargo el recibir, interpretar, redactar y dar forma legal a la voluntad de los comparecientes, así como plasmar ésta en un instrumento público y auténtico, redactado bajo su responsabilidad, que tiene plena validez legal.
El notario conserva y reproduce el instrumento, brindando así seguridad, certeza y tranquilidad a la sociedad e individuos a los que proporciona sus servicios, cumpliendo con ello, una función social de interés general. También auxilia a las autoridades locales y federales en el cálculo y cobro de impuestos y derechos; y vigila que se cumpla con el procedimiento registral necesario para que se publiciten los actos que ante él se otorgan.